Las herramientas artesanales o «hechizas»
Hoy quiero hablar de algo que puede parecer inofensivo o incluso ingenioso a primera vista, pero que puede suponer riesgos importantes para nuestra seguridad en el trabajo: las herramientas artesanales, también llamadas «hechizas». Si bien estas herramientas pueden surgir de la creatividad o la necesidad, pueden convertirse rápidamente en grandes peligros en el lugar de trabajo.
Muchos de nosotros nos hemos encontrado con situaciones en las que una herramienta específica no estaba disponible, o tal vez alguien fabricó una herramienta improvisada que parecía hacer el trabajo igual de bien. Por más que parezca digno de felicitarse y hasta ejemplo de proactividad, la realidad es otra. Las herramientas caseras o artesanales suponen un riesgo en el lugar de trabajo, y deben evitarse.
Las herramientas fabricadas comercialmente están diseñadas teniendo en cuenta estrictos estándares de seguridad. Se prueban para soportar presiones, pesos y fuerzas específicas, y vienen con características de seguridad que protegen al usuario. Las herramientas artesanales, por otro lado, a menudo carecen de estos elementos de diseño críticos. Es posible que no estén hechas con los materiales adecuados, que no estén calibradas correctamente y que fallen fácilmente bajo presión. Una llave que se rompe bajo presión o un martillo improvisado que se hace añicos al impactar pueden causar lesiones graves no solo al usuario sino también a quienes lo rodean.
Otra preocupación es que estas herramientas a menudo no están probadas. Uno podría pensar que una herramienta casera funcionará bien, pero sin las pruebas adecuadas, no hay forma de saber cómo se comportará en condiciones reales. ¿Soportará la tensión? ¿Funcionará mal de una manera que no esperaba? Las respuestas a estas preguntas solo se pueden encontrar mediante pruebas rigurosas, algo que rara vez se hace con herramientas artesanales.
En conclusión, si bien el ingenio y la inventiva son rasgos valiosos, no deben ir en detrimento de la seguridad. Utilice siempre las herramientas adecuadas para el trabajo: aquellas que estén probadas, certificadas y diseñadas para las tareas que enfrentamos. Comprometámonos a mantener nuestro lugar de trabajo seguro utilizando herramientas aprobadas y confiables y evitando los riesgos asociados con las alternativas artesanales o «hechizas».